Entre el sentir y el
pensar, la emoción guía nuestras decisiones, trabajando con la mente
racional y capacitando —o incapacitando— al pensamiento mismo.
Del mismo modo, el
cerebro pensante desempeña un papel fundamental en nuestras emociones,
exceptuando aquellos momentos en los que las emociones se desbordan y el cerebro
emocional asume por completo el control de la situación. En cierto modo,
tenemos dos cerebros y dos clases diferentes de inteligencia: LA INTELIGENCIA
RACIONAL Y LA INTELIGENCIA EMOCIONAL. y nuestro funcionamiento vital está
determinado por ambos.
La EMOCIÓN es la respuesta física
inmediata después de algún acontecimiento o detonante (fisiológicos: como
cuando se acelera la respiración, sudan las manos, se tensa u hormiguea el
cuerpo. Cognitivos: es el proceso de información y Conductuales: Expresiones
faciales, tono de voz etc)
Los SENTIMIENTOS son el resultado de una
emoción (es la etiqueta o nombre que uno le pone a la emoción). El vehículo que
usa una emoción para expresarse, es
más racional, la persona que tiene conciencia de un sentimiento tiene acceso al
estado anímico propio y por ende, su CONTROL.
Pero, ¿Cómo se logra el control?
A través de la auto observación…. Fíjate y
pregúntate lo siguiente:
¿Cómo respondo a las distintas
situaciones a las que me enfrento en el día a día?
¿De forma positiva o negativa?
¿Sintiéndome culpable o responsable?
¿Cuál es la calidad de mis
pensamientos?
¿Qué emociones me generan?
¿Cómo actúo ante estas emociones?
¿Qué tipo de persona sería yo si no tuviera ese sentimiento negativo
aunque el suceso siguiera repitiéndose?
¿Quién tiene el control?.....
Recordemos que para
conseguir resultados diferentes, no podemos seguir haciendo lo mismo. Lo que
nos molesta puede seguir sucediendo, sin embargo si lo vemos en perspectiva, lo
analizamos y cambiamos la forma de verlo y de reaccionar podemos evitar que nos
afecte o que el sentimiento que me genera (o genero) sea dañino.
“No soy víctima, soy
co-creador de mi vida. Todo lo que hago tiene una consecuencia”
EMOCIONES +
PENSAMIENTO = SENTIMIENTO
Este tema es muy
extenso, sin embargo, como conclusión diría que la inteligencia Emocional nos
ayuda a:
Aprender a percibir los sentimientos propios (auto observación),
entender cuáles son detonantes, expresar esos sentimientos y canalizarlos positivamente, y finalmente empatía hacia los demás (Observación
de la otra persona).
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