martes, 14 de octubre de 2014

Inteligencia Emocional desde El Amor

Muchas veces perdemos momentos preciosos de paz por alguna situación que nosotros etiquetamos como negativa, incómoda, injusta o desagradable. Podría decir que esto es algo común y hasta aceptable, mientras etiquetemos precisamente eso, la situación; la analicemos objetivamente y podamos descifrar exactamente lo que nos molesta al punto de desaparecer ese sentimiento negativo que nos generó; no sin antes haber aprendido una lección para evitar que se repita la misma situación.

Sin embargo, el problema mayor surge cuando no sólo no logramos aceptar la situación y aprender de ella, sino que además etiquetamos con el mismo calificativo a la persona "responsable" de "hacernos sentir" mal. Y pongo estas dos palabras entre comillas porque realmente no podemos responsabilizar a nadie de nuestro estado de ánimo, porque es nuestro, cada quien tiene o debería tener el control del mismo. Por lo mismo, nadie puede hacernos sentir mal, nadie tiene ese poder; uno mismo es el que decide sentirse mal. ¿Te has escuchado decir “¡Esa persona me lastima!”? Lo que sucede es que el ego se apodera de la situación, de nuestras reacciones y por ende de nuestros sentimientos. -¡Es inevitable tener sentimientos negativos hacia esas personas! - muchos dirían; pero si  nos detenemos un poco, utilizando la inteligencia emocional podremos controlar y decidir el tipo de experiencia de aprendizaje que queremos vivir. Podremos darnos cuenta que nosotros mismos somos los generadores de nuestros estados de ánimo y de nuestras reacciones.

Pero en esta ocasión quiero ir un poco más allá de la inteligencia emocional, no basta con darnos cuenta de lo que te acabo de decir.

He reflexionado sobre el tema y hay un elemento que casi no se toca y sin embargo, creo que es el más importante de todos para lograr la verdadera liberación de cualquier sentimiento incómodo. Yo le pongo nombre, se llama Dios y específicamente me refiero a la presencia del amor en la inteligencia emocional, puede sonar complicado así que voy a intentar ejemplificar esta idea.

Supongamos que has logrado tener el control sobre las emociones que te genera un comentario mal intencionado de esa persona 'x'. La inteligencia emocional te ha funcionado y ahora para ti eso no es algo más que un simple comentario, punto. Sin embargo, ¿Qué pasaría si además, en ese estado neutral, invocas de forma genuina y con toda intención, al amor de Dios en tu corazón, en tu inteligencia, en los juicios que haces?

La respuesta es que serías más compasivo y empático, no requerirías de grandes esfuerzos para encontrar la paz. Te darías cuenta que no hay nada que etiquetar, enjuiciar ni perdonar. Hemos aprendido a reaccionar negativamente porque nos hemos olvidado de nuestra esencia y la buena noticia es que podemos aprender a reaccionar Con Amor. Entrena a tu mente y a tu corazón para elegir ser un observador amoroso, permítele a Dios actuar por ti, de esta manera te será mucho más fácil SOLTAR la situación y ver a la persona con compasión, como una víctima de su propia ignorancia o de su falta de inteligencia.

La situación sigue siendo la misma, pero al tú cambiar la forma de verla, cambiará la manera en que te afecte y obviamente tu reacción. Tal vez en esta ocasión puedas optar por no tratar de tener la razón, o ganar, o demostrar que eres mejor. ¿Lo has intentado? Si lo logras, habrás vencido a tu mayor adversario, el ego, y eso es lo más difícil de vencer, pero también es lo que te generará más paz.


Recuerda, no vale la pena perder el cielo, tu esencia o tu valor por algo o alguien que no tiene la capacidad de entender lo que tú si. Aprendamos a no etiquetar la vida, los eventos o las personas como buenas o malas; la vida, los eventos y las personas simplemente son. Dios te colmó de dones y bendiciones, uno de esos es la inteligencia para darte cuenta que la vida en si es una gran lección, todos estamos permanentemente en un proceso de aprendizaje, lo único que nos queda es observar y cuidar que en nuestro proceso no nos dañemos a nosotros mismos ni a nadie. Aprender Con Amor. 

Creado y escrito por R. María Aguijim




lunes, 15 de septiembre de 2014

QUÉ SE NECESITA PARA CASARSE

No  voy a decirte los trámites y documentación que se requiere para llevar a cabo un enlace matrimonial. Hay requisitos que damos por hecho que están cubiertos, y que no los volteamos a ver hasta que surge una dificultad, son algo así como “las letras chiquitas” que no leímos y que te escribo en letra grande para que, en pareja, las comenten esperando les sirvan en este camino que están a punto de tomar.

TOMAR CONCIENCIA
Antes de decir que SI!, cambiar tu estado en las redes sociales e iniciar los preparativos para la boda, tomen conciencia del compromiso que van a adquirir. El matrimonio no es la fiesta, los regalos, la luna de miel, la casa nueva, la libertad de poder llegar a la hora que quieras, etc.  El matrimonio es un compromiso a largo plazo,  un plan de vida  en común, lleno de responsabilidades diarias y constantes que generalmente van de menos a más  y claro, satisfacciones de acuerdo al cumplimiento de éstas. Para que quede un poco más claro, yo sugiero lo siguiente:

PLATICAR LAS EXPECTATIVAS
Muchas parejas se casan sin haber tenido una charla, por lo menos, sobre lo que cada uno de ellos espera del matrimonio, dan por sentado de que porque ya tienen algún tiempo juntos pueden convivir bajo el mismo techo por el resto de sus vidas. Es importante que se hable de  lo que uno está o no está dispuesto a hacer por su matrimonio, las responsabilidades que tendrá cada uno dentro y fuera de la casa, lo que sucederá cuando lleguen los hijos, y cuándo será el momento propicio para hacerlo. La relación con la familia política; hasta dónde la dejarán participar dentro de esa nueva familia que está por formarse. Hablar del dinero y cómo se pagarán las cuentas es importantísimo para evitar malos entendidos o sentimientos de inequidad. Temas como religión, métodos anticonceptivos, festividades, etc, pueden llegar a ser motivos de discusión. Si de todas formas lo van a hablar cuando llegue el momento, mejor platíquenlo ahora que tienen toda la disposición.

RESPETO, CONFIANZA Y COMUNICACIÓN
Y las menciono juntas porque no existe una sin las otras. No se trata de estar siempre de buenas, de contarnos todo lo que pasa en el día y todos los pensamientos que nos llegan a la cabeza. Se trata de aceptarnos como somos, de hablar con inteligencia para no herir y de buscar la manera de vivir en armonía.

FE
Sea cual sea la religión que profesen, acérquense más. Como individuos y como matrimonio, se requiere una base de formación sólida, una guía, un camino, un soporte. La Fe en un ser Superior, la palabra o consejo de un mentor y llevar una vida de acuerdo a sus creencias, le darán fuerza a su matrimonio.

HACERSE CARGO DE SU PROPIA FELICIDAD
La felicidad no es endosable, no responsabilices a tu futuro esposo(a) de tu éxito o fracaso. Recuerda que son dos seres completos e individuales que se unen para enriquecerse mutuamente, no para completarse. Aquél que espere que su pareja “lo haga feliz” está cometiendo una injusticia y está dejando en manos de otra persona su responsabilidad.

VOLUNTAD

Ya lo decía Albert Einstein “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: La voluntad”. Seguramente habrá días complicados, discordia respecto a algún tema, cada quien defenderá su punto. La voluntad es ese SI que te levanta y te hace tomar decisiones, procuren que siempre sean para bien de su matrimonio, ya que la voluntad que cada uno tenga por mantenerlo sano, será la que los mantenga juntos. Este elemento es imprescindible, la voluntad es sinónimo de amor.



Creado y Escrito por R. María Aguijim

jueves, 21 de agosto de 2014

SEGUIR ADELANTE O DEJAR EL PASADO. CUESTIÓN DE PERSPECTIVA

 ¿Qué se necesita para seguir adelante? Generalmente lo que escuchamos como respuesta es “dejar el pasado atrás”, pero tenemos la creencia que dejar el pasado atrás significa olvidar el pasado o si se puede, borrarlo. ¿Realmente crees que se puede borrar el pasado?; yo  creo que a menos que sufras alguna enfermedad mental es prácticamente imposible.
Cuando ese pasado que pretendemos olvidar o borrar contiene vivencias y experiencias que han forjado nuestro carácter, cuando ese pasado ha dejado frutos, cuando nos ha convertido en quienes somos ahora, no es posible borrarlo ni olvidarlo; sin embargo esto no significa que tengamos que sufrir el pasado por siempre.

A veces, en momentos de crisis emocionales, percibimos la vida como si no hubiera más allá, como si nuestro destino fuera quedar inmersos en el dolor; no vemos, no escuchamos, estamos bloqueados, no logramos encontrar una salida, una luz, un indicio de qué camino seguir; es como estar parado justo en medio de un laberinto, donde lo único que nos rodea son altísimos muros grises y pesados a los lados y detrás; no hay señalamientos ni indicaciones, nos sentimos diminutos y perdidos, y los pasos que damos parecieran llevarnos al mismo lugar una y otra vez.

¿Qué pasaría si pudieras ver ese mismo laberinto en perspectiva? Si tuvieras una escalera y pudieras subir lo suficiente como para ver desde arriba, ¿Qué harías? Seguramente lo primero sería tomar una bocanada de aire fresco, sentir el viento en tu cuerpo, la calidez del sol, cerrarías los ojos para tratar de mantener ese estado por un instante y guardarlo. Desde esa perspectiva, tratarías de encontrar el camino que llega a la salida, tal vez aprovecharías para gritar pidiendo ayuda, seguramente te darías cuenta que el laberinto es mucho más pequeño y sencillo de lo que imaginabas.

Algo así es lo que tenemos que hacer cuando atravesamos por momentos difíciles y pensamos que no podemos seguir adelante.

Busca tu escalera! Ésta la puedes encontrar dentro de ti, cuando reconozcas que la única persona que tiene que subirla eres tú, cuando te des cuenta que ir de lado a lado solo te lleva de regreso al inicio, cuando estés dispuesto a asomarte, entonces aparecerá frente a ti. Conforme vayas subiendo los escalones, te darás cuenta que las paredes no son tan altas ni la salida está tan lejos, podrás ver en perspectiva que el laberinto no se ve igual cuando estás en él que cuando estás encima de él, podrás llegar a verlo sin miedo.

Muévete! Lo peor que puedes hacer es quedarte donde estás. No te claves en el drama, no necesitas sufrir para sentirte vivo. Si ya te has dado cuenta qué camino seguir, enfócate en éste.

Guíate por tu intuición, no falla. Es la voz de Dios indicándote lo que tú ya sabes que es mejor para ti, recordándote que nunca has estado solo.

A tu tiempo y a tu ritmo podrás llevar esa escalera contigo, para, de vez en cuando, volver a subir y verificar que el rumbo que llevas es el correcto.

Dejar el pasado atrás, es darte cuenta que la experiencia adquirida fue lo mejor que te pudo suceder y hasta una experiencia que necesitabas vivir. Dejar el pasado atrás es dejar abierta la puerta, es tener compasión por aquéllos que perdieron la oportunidad y desearles lo mejor. Dejar el pasado atrás es  reconocerte como un ser más fuerte, sabio y sereno; pero sobre todo confiado y amoroso contigo. Dejar el pasado atrás es aprender a estar en el aquí y el ahora.

Creado y escrito por María Aguijim 


sábado, 12 de julio de 2014

ESE NIÑO TRISTE

A esa edad cuando empiezan a rejuvenecer al grado de casi volver a ser niños otra vez, pero no se ven como niños. Supongo que podría llamarse la “edad de las pérdidas”. Pierden pelo, algunos los dientes, de hecho pierden estatura, pierden agilidad, les cuesta trabajo caminar, pierden el apetito, pierden palabras o algunos recuerdos, seguramente han perdido a alguien que pensaron estaría con ellos siempre, pierden la atención de quienes son su todo y lo más triste pierden el deseo de vivir ya que se sienten solos.

Si tienes un niño triste cerca de ti, trátalo como te trató a ti cuando tenías la edad que él o ella ahora pareciera tener, tenle la misma paciencia que te tuvo cuando te sostenía para que caminaras de un lugar a otro. Una persona mayor de esta época ha pasado por muchos cambios, pero algunos ya no los pudo dominar porque estaba ocupado haciendo algo para ti o para tus hijos; no lo regañes, no lo forces, no lo corrijas, no lo hagas sentirse inútil, seguramente está haciendo lo mejor que puede, no le gusta dar molestias, sólo quiere sentirse vivo.

Si tienes un niño triste cerca de ti, seguramente está esperando, como espera un niño, tus abrazos, tu cariño, tu atención… hazlo ahora que aun puedes, porque ningún niño merece estar triste y menos uno que te dedicó toda su vida.


Creado por Maria Aguijim. 

Dedicado a mi madre y a mi padre, a quienes extraño todos los días. Espero que donde quiera que estén, tengan el alma de niños felices. Los amo.

viernes, 4 de julio de 2014

PREPARAR A NUESTROS HIJOS PARA EL FUTURO DESDE AHORA

Escucho las noticias en la radio todos los días; mi esposo y yo normalmente las comentamos, pero a veces le pido que cambie de estación por un momento, y es que, sin ánimo de ser pesimista, cuando sale a flote el estancamiento en el que se encuentra mi país, empiezo a preocuparme por su futuro, y el futuro de mi ahora niño.

Si bien es cierto que nadie nos enseña a ser padres, a todos nos queda claro que queremos lo mejor para nuestros hijos. Queremos que tengan un buen nivel de educación, de calidad de vida, que sean sobresalientes en lo que hacen, que se sientan amados, en una palabra, que sean felices. Pero realmente, cómo podemos preparar a nuestros hijos para el futuro de modo que salgan adelante y al mismo tiempo sean felices?

Ayúdale a encontrar su vocación, y por vocación me refiero a “amar lo que se hace”. Hay que permitirles desde temprana edad conocer y experimentar lo que le llame la atención para que puedan encontrar alguna actividad o área que les guste y apasione tanto como para que puedan dedicarse a ésta, pero claro, con responsabilidad, disciplina y constancia. Estoy convencida de que la educación es muy importante e indispensable. Sin embargo, es una realidad que si ahora el mercado laboral es insuficiente y altamente competitivo, que los sueldos son muy bajos, que los centros de trabajo se encuentran limitados en las metrópolis, a nuestros hijos cada vez les será más difícil aspirar a una calidad de vida como la que deseamos para ellos. Es necesario que tengan opciones para desarrollarse laboralmente y si lo hacen a través de su vocación, qué mejor!

No eduques a tu hijo para ser rico, edúcalo para ser feliz. Esta es una frase que escuché y que resume lo que yo pienso es la labor de los padres. Enseñemos a nuestros hijos lo que no pueden comprar con dinero.

No le des todo lo que pide. Es importante que nuestros hijos conozcan el esfuerzo y el precio del triunfo por ellos mismos. Si les damos todo lo que pide por el simple hecho de que lo quieren nunca aprenderán a valorar lo que tienen y no los estaremos preparando para lo que seguramente se encontrarán, el fracaso. En mucha o poca medida, todos en algún momento lo hemos experimentado.

Aliéntalo a que tenga metas. Pueden ser a corto, mediano o largo plazo. Con esto aprenderá a automotivarse constantemente. Aprenderá que las cosas no siempre se hacen de la noche a la mañana y que la constancia es un elemento esencial para cualquier propósito.

Propíciale una vida sana de cuerpo y mente y permítele conocer la Fe. Esto me parece sumamente importante. Todo ser humano necesita tener una buena autoestima, pleno autoconocimiento y autocontrol, aprender a vivir dentro de un caos y tener tolerancia a la frustración. Podemos acercarlos a la Metafísica, a la meditación, a un mundo más espiritual. Así mismo, pienso que todo ser humano necesita creer en si mismo y en un Ser Superior, tener las bases de una Fe o religión que le permita saber que nunca se está solo.

Enseñémosle a nuestros hijos a ver lo mejor de cada situación, no etiquetemos los acontecimientos o a las personas como buenas o malas, simplemente asi son.  No podemos cambiar el mundo, pero podemos cambiar nuestros enfoque para vivirlo de la mejor manera posible.


Incúlcale el agradecimiento por todo. Nadie es más feliz que quien es consciente de las bendiciones que tiene.

Creado por R. María Aguijim

sábado, 14 de junio de 2014

Él

El es mi héroe, mi orgullo, mi ídolo.... No había nada que no supiera o que no le encontrara el modo de hacer. Con un alambrito lo solucionaba todo. Tuvo una vida difícil que le forjó el carácter, pero siempre fue un hombre de bien. No le conocí más vicio que el cigarro y los nietos. Se levantaba temprano para atender a mi chiquito o para hacerme algo de desayunar antes de irme a trabajar, a todo decía que si y no le gustaba "dar molestias", siempre auto suficiente y dispuesto a apoyarnos, un hombre en toda la extensión de la palabra, buen hijo, hermano, esposo, padre, abuelo, un hombre de una sola pieza.

Papá, no hay día que no te recuerde con amor y agradecimiento... Gracias por ese amor tan desprendido y por todo lo que tu ejemplo me ha dejado. Te amo!

Creado por R. María Aguijim en memoria de José Luis Aguilera Gómez. 


sábado, 7 de junio de 2014

HE VISTO LLORAR A UN HOMBRE

“Los hombres no lloran… Aguántese como los machos” son frases que he oído desde pequeña, que se le inculca al género masculino como parte de la “educación” que debe recibir para enfatizar su papel en la sociedad. Y yo me pregunto ¿En verdad los hombres no lloran? Si fuera así creo que Dios no les habría dado lagrimales. La realidad es que los hombres y las mujeres sentimos igual, pero a un hombre, desde pequeño, se le enseña que “debe” aprender a reprimir el dolor porque el no hacerlo es señal de debilidad. Para mí todo eso son creencias, y he aprendido a cuestionar prácticamente todo lo que creo, porque muchas creencias me han limitado, me han mantenido dormida y temerosa. Cuando una creencia nos limita hay que cuestionarla, y de ser necesario cambiarla, y ese cambio se logra cuando cambiamos nuestro enfoque; queremos ver lo que creemos y lo que creemos es lo único que existe y si no es así, entonces se convierte en algo fuera de lo normal o desconocido, y lo desconocido muchas veces da miedo, y cuando da miedo, entonces es malo (así es como funciona nuestra mente para discernir entre “lo positivo y lo negativo”)



Y bueno entonces, tomando en cuenta lo anterior, podemos pensar que un hombre que llora es débil, sin embargo… Yo, he visto llorar a un hombre que creyó haberlo perdido todo, he visto llorar a un hijo que perdió a su padre de niño, he visto llorar a un padre por no tener a sus hijos a su lado… y lo que veo es a un SER humano fuerte, más fuerte que nadie, que abandona su armadura y desnuda su corazón; veo a un hombre que no teme ser juzgado, veo a un hombre rendido ante el dolor, aceptando lo poco que puede ganar de una batalla perdida. ¿Quién podría ser más fuerte que un ALGUIEN que ama? 

Escrito por R. María Aguijim.