martes, 27 de mayo de 2014

LA TRAMPA DE LAS EXPECTATIVAS

He llegado a la conclusión que puede ser muy peligroso tener expectativas sobre alguien más, de hecho, a partir de hoy lo considero de mala educación y una falta de respeto. ¿Cuántas veces nos enojamos, nos frustramos y dejamos que estos sentimientos se apoderen de nosotros, dándoles el total control sobre lo que sale por nuestra boca? Las consecuencias pueden ser catastróficas si no nos percatamos del gran error que se comete cuando le damos a alguien más la responsabilidad de llenar nuestras expectativas.

Aquí lo importante es no repetir ese patrón de rabietas, de frustración, de deseo de venganza (en casos muy extremos, lo hay). Detente un momento y piensa; no se trata de controlar ni de ahogar esos sentimientos, porque solamente se harán más fuertes; se trata de PONER ATENCION!! ¿Qué estás pidiendo?, ¿Qué estás esperando? ¿Quién eres tú para tener injerencia sobre el libre albedrío de los demás? ¿Tiene esa persona la capacidad de hacer, decir, dar o actuar como tú lo estás esperando? ¿Es su obligación?; y lo más importante ¿Piensas que tú te mereces ese sufrimiento, ira y/o frustración?

Bueno, si ya nos dimos cuenta que cometimos un error, entonces llegará la serenidad por sí sola, quiere decir que hemos tomado consciencia de la situación. Si esta consciencia llegó un poco tarde, es decir, ya nos enojamos, hicimos berrinche y nos salieron sapos de la boca, lo más urgente es ofrecer una disculpa, y también perdonarnos, aprender la lección, mantenernos alerta para no repetir el mismo error y seguir adelante.


Al “ofrecer disculpas” no me refiero a que digas tú estás mal y que la otra persona está bien; no se trata de etiquetar; ofrece disculpas porque le has faltado al respeto al quererlo forzar a hacer, decir, dar o actuar de cierta manera; tal vez ni siquiera tiene esa capacidad. Date cuenta que ninguna de las partes merece sufrir por algo que NO EXISTE. 

Creado por R. María Aguijim

jueves, 22 de mayo de 2014

EL SIEMPRE ESTA

En estos días me encontraba bajo mucha presión por una situación digamos “administrativa”, realmente estaba muy preocupada de no poder sacar adelante este asunto, parecía que todo iba en mi contra y las respuestas que encontraba ante mi lucha no eran las que yo esperaba, pasé algunas noches de insomnio, frustraciones, tristeza, angustia y demás.

Total que me puse a pensar qué era lo que yo tenía que aprender de esta experiencia, y fueron varias cosas; una de ellas es que me di cuenta que tenía que ser más cautelosa en mis decisiones, aprendí que no puedo controlarlo todo, aprendí que no siempre vas a encontrar personas dispuestas a ayudar (aunque puedan), sino todo lo contrario, porque ese ese su papel (y hay que respetarlo); pero también aprendí que el apoyo puede venir de mil maneras, algunas ni siquiera las esperas, pero ahí están. Le pedí a Dios y a todos los seres que siempre me cuidan y me acompañan que me ayudaran a ver lo que no veía y aunque me costó trabajo, solté esos sentimientos a los que me estaba aferrando, dejé ese “problema” en manos de Dios, y el propósito pareció pesar menos.

A veces creemos que podemos hacerlo todo, que nadie puede hacer las cosas mejor que nosotros, que si no las resolvemos nosotros, nadie lo hará, y nos frustramos. Pero hay algo cierto que he comprobado muchas veces, Nadie hace mejor las cosas que Dios y se manifiesta en el momento correcto, no falla, no llega tarde, Él siempre está. Creo que  nosotros somos los impuntuales, los ansiosos, los que por el ritmo de la vida a veces no estamos ni en nosotros mismos.

Agradezco que esta situación se está resolviendo favorablemente, y aunque tengo prisa por dar carpetazo tengo fe que se será en el momento correcto. Gracias Padre!


Te invito a que busques un tiempo, para estar contigo y encontrar a Dios, es el mejor tiempo del día; porque te digo, El Siempre está, está en ti ...

Escrito por R. María Aguijim


viernes, 16 de mayo de 2014

De qué te llenas?

Estábamos mi esposo y yo viendo una película que se llama “El Diario”, Trata de un anciano que comienza a leerle a una señora, también mayor que padecía Alzheimer, un diario; en él estaba escrito una historia de amor sobre dos jóvenes que se enamoraron y que tuvieron que pasar por muchas pruebas para poder estar juntos, ya se imaginarán; un triángulo amoroso, diferencia de clases sociales, calumnias, egoísmo, compasión, perdón, alegrías y finamente venció el amor. La película termina en que la señora está muy emocionada por todo aquello que le habían narrado, le había parecido una historia hermosa. En eso estaban cuando ella recibe la visita de sus hijos quienes saludan cariñosamente a la pareja. Resulta que ella, al tener Alzheimer ha perdido sus recuerdos y ni siquiera sabe que la historia que le leyeron era la suya y que el hombre que se la leyó era su esposo y con quien había tenido esas experiencias; sin embargo, el hombre quería angustiarla y no la forzaba a recordar nada, porque ella simplemente ya no era capaz de hacerlo.

Terminó la película y me quedé pensando sobre lo triste que ha de ser el no tener recuerdos, y entonces me di cuenta que la vida no es tiempo, es lo que haces con tu tiempo, la vida son los recuerdos. Y yo me pregunto ¿de qué recuerdos quiero llenar mi vida? Entiendo que ni mi vida ni mi tiempo son totalmente míos, son de quien, con todo su amor, me trajo aquí y quiero hacer valer el tiempo que estoy aquí a través de experiencias, pensamientos y acciones que lo dignifiquen.

Así que pienso que lo mínimo que debo de hacer es respetarme y amarme lo suficiente como para alejarme de lo que me perturba, de lo que me inquieta. Pero también desechar lo que me aleja del estado mental, emocional y físico que quiero tener, del cielo que quiero ganar, del ejemplo que quiero dar, del honor que quiero conservar, de mi esencia.  

Honra cada segundo de tu vida, que la fe que puso el Creador en ti tenga frutos buenos, que los recuerdos que tengas y que dejes en este mundo te ayuden a trascender a un lugar mejor, que puedas estar seguro de que si usaste la vida en beneficio propio y de los demás, que recuerdes esa experiencia, Con Amor.

Creado por R. María Aguijim


viernes, 9 de mayo de 2014

UN ANGEL

Era un àngel sin alas, siempre dispuesta, tan generosa y servicial. Le molestaba que dijeran que las amas de casa no trabajan, y claro, lo dicen los ignorantes, los que ignorábamos que el "no trabajar" es asegurarse tener una casa limpia, con aroma de hogar, comidita caliente y lista para sólo llegar a meter la cuchara en la sopa y empezar a comer. "No trabajar" era ocuparse de tener mi ropa impecable ya colgada en el closset. No trabajar era levantarse muy temprano para hacerle a mi hermano un licuado tan pronto llegara el de trabajar y llevárselo a la cama y cuidarle el sueño porque él habia trabajado toda la noche. "No trabajar" era ir todos los días a la carniceria y a la fruta para asegurarse de que los alimentos fueran frescos y de buena calidad aun cuando no faltaba quien estuviera a dieta y los rechazara o simplemente pusiera cara de fuchi. Ella siempre preguntaba con una sonrisa en los labios como esperando un Oscar "¿còmo me quedò?" .. No trabajar era cuidar a sus nietos, echarlos a perder de tanto consentimiento, regañarlos muy pocas veces, levantar lo que no estuviera en su lugar. "No trabajar" era simplemente hacer todo lo que nadie ve... Mamà ahora lo veo. "No trabajar" es estar ahi... siempre.... Te amo. Gracias!!!

miércoles, 7 de mayo de 2014

INTELIGENCIA EMOCIONAL

Entre el sentir y el pensar, la emoción guía nuestras decisiones, trabajando con la mente racional y capacitando —o incapacitando— al pensamiento mismo.
Del mismo modo, el cerebro pensante desempeña un papel fundamental en nuestras emociones, exceptuando aquellos momentos en los que las emociones se desbordan y el cerebro emocional asume por completo el control de la situación. En cierto modo, tenemos dos cerebros y dos clases diferentes de inteligencia: LA INTELIGENCIA RACIONAL Y LA INTELIGENCIA EMOCIONAL. y nuestro funcionamiento vital está determinado por ambos.
La EMOCIÓN es la respuesta física inmediata después de algún acontecimiento o detonante (fisiológicos: como cuando se acelera la respiración, sudan las manos, se tensa u hormiguea el cuerpo. Cognitivos: es el proceso de información y Conductuales: Expresiones faciales, tono de voz etc)
Los SENTIMIENTOS son el resultado de una emoción (es la etiqueta o nombre que uno le pone a la emoción). El vehículo que usa una emoción para expresarse, es más racional, la persona que tiene conciencia de un sentimiento tiene acceso al estado anímico propio y por ende, su CONTROL. Pero, ¿Cómo se logra el control?
 A través de la auto observación…. Fíjate y pregúntate lo siguiente:
¿Cómo respondo a las distintas situaciones a las que me enfrento en el día a día?
¿De forma positiva o negativa?
¿Sintiéndome culpable o responsable?
¿Cuál es la calidad de mis pensamientos?
¿Qué emociones me generan?
¿Cómo actúo ante estas emociones?
¿Qué tipo de persona sería yo si no tuviera ese sentimiento negativo aunque el suceso siguiera repitiéndose?
¿Quién tiene el control?.....
Recordemos que para conseguir resultados diferentes, no podemos seguir haciendo lo mismo. Lo que nos molesta puede seguir sucediendo, sin embargo si lo vemos en perspectiva, lo analizamos y cambiamos la forma de verlo y de reaccionar podemos evitar que nos afecte o que el sentimiento que me genera (o genero) sea dañino.
“No soy víctima, soy co-creador de mi vida. Todo lo que hago tiene una consecuencia”
EMOCIONES + PENSAMIENTO = SENTIMIENTO
Este tema es muy extenso, sin embargo, como conclusión diría que la inteligencia Emocional nos ayuda a:

Aprender a percibir los sentimientos propios (auto observación), entender cuáles son detonantes, expresar esos sentimientos y  canalizarlos positivamente,  y finalmente empatía hacia los demás (Observación de la otra persona). 

LA ELECCION

Qué hambrientos estamos! Somos tan frágiles, tan corrompibles por nosotros mismos, por un ego acrecentado, por una herida, por miedo, por falta de amor... Sin embargo, todo lo que necesitamos ya lo traemos puesto, lo tenemos dentro y venimos a desarrollarlo, a potencializarlo a vivirlo en este plano. 

¿Cuántas veces tenemos en nuestras manos la decisión sobre cómo actuamos ante lo que sucede? ante lo que "nos hacen"?; la respuesta es SIEMPRE. Y creo que es relativamente fácil actuar a favor de nosotros cuando nos damos cuenta que al alimentar el ego, desnutrimos la paz interior.

Recordemos que las personas actúan de acuerdo a sus experiencias, valores y capacidades (a veces paupérrimas), que las situaciones se presentan de acuerdo a nuestras necesidades y sobre todo, que Dios nunca se aleja. 

Cuando tengas sentimientos encontrados y no sepas qué camino tomar, siempre toma el que traiga paz a tu interior, el que te dicte el corazón, el que te permita dormir tranquilo. Aprende a elegir lo que es bueno para ti.

jueves, 1 de mayo de 2014

La Meta

Hace poco más de 3 años mi vida cambió radicalmente, dejé de trabajar para una empresa y me dediqué de lleno a mi, a mi hijo, a mi madre (que en paz descanse) y posteriormente me casé, adquiriendo las responsabilidades de una ama de casa y entregándome a la rutina que esto conlleva (no es queja). En los últimos meses he tenido tiempo de visitar esas páginas de motivación, autoayuda, espiritualidad y en todas viene la frase "tener una objetivo" nos ayuda a ser mejores, a ser felices, a estar motivados, etc., efectivamente yo estoy de acuerdo que apegarse a un objetivo es un estímulo, pero el punto no es cuestionar la veracidad de esa frase sino reflexionarla.

En la vida nuestros padres, maestros, amigos, etc, nos enseñan a vivir con metas, en competencia y en comparación con los demás; se nos enseña a mirar al lado para ver qué tan bien o mal vamos, incluso el cariño a veces fue recompensa de qué tan bien o mal llenábamos las expectativas de los demás... No los culpo, no sé desde cuando existe esta cadena de dependencia meta-éxito.... Claro, recuerdo que también yo caí en eso, fijaba mis metas hacia algo ya fuera material y/o personal como hacerme de una casa, o de una familia, o de un posición importante dentro del organigrama, aprender algo nuevo, etc., sin embargo, creo que es muy válido y sano ponerse metas alcanzables y personalizadas ya que forman parte del crecimiento personal, profesional, económico y espiritual.

Durante muchos años trabajé "por objetivos" me pagaban por eso, era un número grande, era algo impuesto, el objetivo del jefe (o del jefe, del jefe, del jefe...), me fue muy bien, gracias a Dios y terminé esa etapa muy agradecida y llena de aprendizajes.

Sin embargo, el asunto no termina ahi. En estos días de "independencia laboral" he llegado a sentir que mi vida gira en torno a lo que necesitan los demás de mi, no me mal entiendas, no es egoísmo; simplemente que me preguntp "¿qué objetivo me estoy forjando para mi?" Me observabo y noto que mis días se ocupan de acuerdo a las necesidades de mi hijo y mi esposo.... Casi caigo en la trampa de pensar que no tengo "motivación" propia, y he llegado a sentirme víctima, miserable, sombra de. Recuerdo un día o varios en los qué me preguntaba ¿para qué me levanto? ¿para hacer de comer? ¿para barrer? ¿para limpiar la casa? ¿es eso lo que me va a motivar a salir de mi cama?... En serio caí en eso, no sé si mi esposo o mi hijo lo notaron, supongo que si, y me apena reconocerlo. Incluso se me ocurrió ver el periodico para buscar trabajo, también consulté internet bajo la búsqueda "trabajos de medio tiempo" "trabajo en casa", etc.

Me sentía enojada conmigo, frustrada, y me adentré un poco más, medité sobre eso que me molestaba y llegó a mi esta respuesta:

Soy una persona PRIVILEGIADA. Servir con amor es un don, es una oportunidad para ganarse el cielo, servir alimenta el alma y agrada a Dios, El me iluminó y entendí que mi objetivo es SER "muy buena" en lo que ahora soy, soy madre, soy esposa, soy ama de casa, soy un SER HUMANO... y mi objetivo es dar lo mejor de mi en cada uno de esos aspectos. Mi reconocimiento no es un estado de resultados, o una palmadita en la espalda, ya no tengo jefe, tampoco un recibo de nómina quincenal, no trabajo para ninguna compañía, trabajo para mi familia y para mi y eso es lo mejor que me puede pasar, encontré mi vocación, cumplo mi objetivo día con día con amor y éxito. Gracias Dios mío por mostrarme el camino.

Este pensamiento es el que recibo cada vez que busco fuera algo que me llene...Todo lo que necesito para motivarme es amor, todo lo que necesito lo traigo en mi equipaje interno, lo llevo puesto.