A esa edad cuando
empiezan a rejuvenecer al grado de casi volver a ser niños otra vez, pero no se
ven como niños. Supongo que podría llamarse la “edad de las pérdidas”. Pierden pelo,
algunos los dientes, de hecho pierden estatura, pierden agilidad, les cuesta
trabajo caminar, pierden el apetito, pierden palabras o algunos recuerdos, seguramente
han perdido a alguien que pensaron estaría con ellos siempre, pierden la
atención de quienes son su todo y lo más triste pierden el deseo de vivir ya
que se sienten solos.
Si tienes un niño
triste cerca de ti, trátalo como te trató a ti cuando tenías la edad que él o
ella ahora pareciera tener, tenle la misma paciencia que te tuvo cuando te
sostenía para que caminaras de un lugar a otro. Una persona mayor de esta época
ha pasado por muchos cambios, pero algunos ya no los pudo dominar porque estaba
ocupado haciendo algo para ti o para tus hijos; no lo regañes, no lo forces, no
lo corrijas, no lo hagas sentirse inútil, seguramente está haciendo lo mejor
que puede, no le gusta dar molestias, sólo quiere sentirse vivo.
Si tienes un niño
triste cerca de ti, seguramente está esperando, como espera un niño, tus
abrazos, tu cariño, tu atención… hazlo ahora que aun puedes, porque ningún niño
merece estar triste y menos uno que te dedicó toda su vida.
Creado por Maria Aguijim.
Dedicado a mi madre y
a mi padre, a quienes extraño todos los días. Espero que donde quiera que
estén, tengan el alma de niños felices. Los amo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario